viernes, 29 de octubre de 2010

DIOSAS, MONSTRUOS Y HÉROES.

En la mitología griega se nos presentan tres diosas que resultan ser fundamentales dentro del Olimpo. Primero la diosa Hera, diosa caracterizada como diosa del hogar, con la maternidad y esposa de Zeus. Segundo la diosa Afrodita, diosa de la belleza, del amor  y de la seducción. Tercero Atenea, una diosa extraña y diferente representa la sabiduría y la justicia.
Las tres diosas conforman prácticamente la totalidad de tipologías de la mujer, una tipología polémica, pero que en la antigüedad fundamentara toda una visión de las relaciones privadas, visión por otro lado imperante y que si se agudiza el análisis se pueden observar ciertos resquicios en la próceres de algunos.
Existen hombres que se mantienen en está antigüedad, y además cómodamente, alentándose unos a otros en una fanfarronería y pedantería sin fin. En la mentalidad de estos sujetos, y en toda la estructura patriarcal que los soporta, sólo pueden existir las estructuras de Hera y la de Afrodita, y no pueden soportar ninguna que no sean esas dos estructuras, las destruyen o por medio del “chiste”,  por la explotación, o directamente mediante la violencia más atroz.
El hombre es seducido por una Afrodita, que luego él mismo convertirá en Hera, perdiendo está toda su capacidad de seducción (“como me va hacer una felación la boca que besa mis hijos”). Del mismo modo, la mujer que tiene por la seducción su principal característica ocupa la posición de mujer florero, mujer eternamente joven, demandante de liftings, retoques y diversas obras de ingeniería (a lo mejor es por eso por lo que los griegos emparejaban a Afrodita con Hefesto, dios ingeniero, quizás Afrodita pasase alguna vez por su fragua para hacerse “unos retoques”).
Solo falta Atenea, diosa mentora de Odiseo y Perseo, conocida por su sabiduría, y su inteligencia en la estrategia. Está estructura, es la estructura insoportable, no se puede soportar en una sociedad patriarcal una mujer bella, inteligente y poderosa. No es de recibo que el “macho” empiece a mezclar sus tipologías de mujer en su reducida cabeza hasta el cortocircuito. La mujer nunca es inteligente, es astuta como la zorra (sabiduría popular), o como la serpiente (ver antiguo testamento).
Es fácil de esta manera interpretar que muchos hombres se sientan invadidos, se sientan al final temerosos de “ellas”, y reculen a las trincheras de la fanfarronería (caso de Dragó, fanfarroneando trajinarse a lolitas de 13 años), o a la ciudadela medieval de la pedantería burlesca del chascarrillo soez (señor De la Riva). Todos estos acontecimientos vienen de un lugar donde se agazapan los cavernícolas, donde los garrotes de poder se camuflan en suculentas poltronas políticas y mediáticas. El planeta “Popular-Génova 2012” parece ser el planeta perfecto para que se reproduzcan este tipo de sujetos, campando a sus anchas por la constelación intereconomía  (por otro lado me atrevo a pensar que en otros “planetas” existan estos mismos sujetos, solo que se esconden mejor, y al contrario que los del planeta Génova, tienen reparos, o temores al ser señalados con el dedo).
Para finalizar, no dejen de ver la serie “Leticia y Felipe”, en ella verán como Leticia pasa de ser Afrodita a ser Hera, y como queda por el medio cualquier estructura de Atenea que pudiera haber poseído algún día.
P.D: Mi más sincero reconocimiento a Marcelino Camacho, un luchador por derechos del trabajador, derechos que se ven hoy afectados y vapuleados por los mismos que le metieron en la cárcel 14 años. Prometo realizar algún escrito en particular.

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