viernes, 5 de noviembre de 2010

LA VISITA DEL PAPA VISTA DESDE LA CUARTA DIMENSIÓN.

<<¿Dispone todavía nuestra sociedad de la capacidad de cambiar; de generar nuevas ideas, nuevas políticas económicas y sociales, o acaso está destinada a sufrir una crisis sin fin? Por una parte, los liberales nos aconsejan que renunciemos a la construcción de un futuro a nuestra medida y nos dejemos dirigir por el mercado. Por otra, la extrema izquierda se contenta con la denuncia del poder y con hablar en nombre de unas víctimas reducidas al estado de impotencia. Y desde el centro, muchos antaño de izquierdas levantan acta del vacío y de la confusión que se han adueñado de la escena social, sin confiar en otra cosa que no sea la defensa de las instituciones republicanas convertidas en sinónimo, o casi, de orden y disciplina.>>
Alain Touraine. ¿Cómo salir del liberalismo?. Ed Paidos, 1999. Original (1999)

Por todos es conocido la inminente visita del santo padre a tierras gallegas y catalanas, es por eso que en estos últimos días se han abierto debates (de peor o mejor calidad) sobre la problemática religiosa en este país, y por tanto sus inevitables relaciones políticas, económicas y sociales.
Una vez dicho esto situare las dimensiones por las que me dispongo a moverme o manifestarme. Enciendan el magnetófono, quizás puedan entregar tales grabaciones a “Cuarto Milenio” y convertirse en un afamado “investigador” de nuevas dimensiones fantasmales.
 La cita con la que se da comienzo este “manifestación”, evidentemente no es baladí, y obedece a la siguiente enumeración de dimensiones de análisis del acontecimiento social que resulta ser la visita del pontífice máximo.
1.    La primera dimensión se centraría en analizar exclusivamente la visita en términos economicistas. De este modo los detractores de la visita se centrarían en enumerar las pérdidas económicas que suponen para las maltrechas arcas del estado tal visita. Y por otro lado, los que se manifiestan a favor demostrando la cantidad ingente de movimiento de capital que va acompañar dicho acontecimiento, declarando márgenes de beneficio celestiales para las ciudades o regiones que albergan tal acontecimiento.
Es importante recordar que esta dimensión no está exenta de orientaciones ideológicas (por mucho que se intenten disfrazar). La prueba está en que no siempre se estudia estas repercusiones económicas benefactoras, se reclaman según afinidad ideológica, por ejemplo el festival erótico que se celebra este fin de semana en Xixón, seguro que tiene tales repercusiones económicas (aunque sean en sex-shops, burdeles o en los cepillos de las iglesias visitadas por pecadores arrepentidos dispuestos a realizar grandes donaciones a cambio del perdón), y no se ha visto a ningún político de ningún “color” reclamar tales razones.
2.    La segunda dimensión se refleja en las manifestaciones laicas que se concentran ante las instituciones pertinentes bajo la pancarta “Yo no te espero”. Movimientos sociales, muy heterogéneos, y que sólo se acaban juntando para contadas jornadas de protesta, que luego quedaran deslegitimados por una inefectiva actividad posterior.
Los protagonistas de estas acciones representan una cada vez más creciente facción de actantes políticos desengañados, desubicados, donde el descontento social a partir de la creciente precariedad y desmantelamiento del estado de bienestar, les conduce a cierta radicalización del discurso político (situación que a principios del siglo pasado dio lugar a los totalitarismos).
3.    La tercera dimensión es la dimensión del status quo, la dimensión del refuerzo de las instituciones políticas de origen ancestral, y la total negativa a su remodelación por miedo a la pérdida del propio poder sobre las propias instituciones por la clase política de turno establecida en el propio poder. Es de esta manera que se entienda la terrible lentitud en la remodelación  de instituciones cuyas acciones ya están caducas, o sencillamente no se amoldan a las necesidades del ciudadano y que son un verdadero estorbo burocrático.
En relación a la visita del Papa podemos observar como la Ley sobre Libertad religiosa se encuentra en el “congelador”, evidentemente por miedo a abrir viejas heridas, y por no ponerse manos a la obra en la remodelación de una normativa vigente desde hace más de 40 años, tiempo en el cual la sociedad española ha cambiado sensiblemente.
4.    Finalmente la cuarta dimensión. Dimensión poco transitada, con espectros que se lamentan inútilmente, con seres torturados y hartos de gritar y no ser escuchados. Esa es la lúgubre dimensión donde se encuentra el ciudadano medio que no participa de ninguna acción política del país en el que vive, y que sólo puede acatar las órdenes establecidas institucionalmente por sus gobernantes que elige cada 4 años.
Es por esto qué se entiende la falta de un espacio social, político, y también institucional mediante el cual la ciudadanía participe activamente de una vida política que le compete y le afecta intrínsecamente. Es la construcción de canales y redes (existe la madurez política y la tecnología suficiente) de representación diferentes y más dinámicos a los existentes (viejos y burocratizados), y así fortalecer la democracia mediante el propio refuerzo de la participación de sus bases sociales.
De este modo, y con la construcción de este espacio social plural, se podrían abrir debates (reales), y votaciones (acción verdaderamente democrática) mediante los cuales decidir las conductas políticas de la comunidad. Es por esto que la visita papal vista desde está dimensión solo tendría que debatirse, votarse y luego actuar en consecuencia a lo debatido y votado.

Esta cuarta dimensión de análisis, y su propio desarrollo práctico es realizada por A.Touraine en su obra ¿Cómo salir del liberalismo?, donde trata la problemática a un gran nivel crítico y constructivo. No es ciencia ficción.

Pero, ¡¡alto!! horror (aaarg), el espíritu de la utopía nubla mis ojos. Es imposible, son sueños descarriados, son posesiones malignas auspiciadas por Belcebú. ¿Es posible la cuarta dimensión?, la respuesta en el sofá de su casa con el próximo episodio de Cuarto Milenio.
       
Un saludo. Oliverio Martinez Cepedal. 

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