jueves, 20 de enero de 2011

GLOBALIZACIÓN Y TRABAJO. Defensa realizada ante el jurado (A.Hidalgo, F.J. Gil y A.M. Viso), Suficiencia Investigadora. Tesina.

Antes de nada avanzar que está defensa se realiza el 16 de septiembre de 2010, luego está claro que el tratamiento del problema es reciente, pero no recoge las últimas evoluciones en el mismo. Del mismo modo el texto recogido de Gorz obedece a la sistemática investigadora que llevaba hasta ese momento.

RESUMEN. INVESTIGACIÓN. LA ORGANIZACIÓN CIENTÍFICA DEL TRABAJO DENTRO DE LA GLOGALIZACIÓN.
En el presente resumen de mi investigación se pretende dar las líneas generales de la propia investigación. Por lo tanto, este resumen recortara gran parte de las reflexiones para obedecer a su naturaleza de resumen, aunque seguirá pretendiendo ofrecer una reflexión de carácter general sobre la temática estudiada. Así pues, el tema de La organización científica del trabajo en la globalización es, sin duda, una problemática a tener en cuenta por las siguientes razones:
1.    La situación económica actual demanda un análisis por parte de la filosofía, atendiendo a la nueva re-estructuración social que experimenta la sociedad contemporánea.
2.    Los nuevos adelantos tecnológicos (o perfeccionamiento de los ya existentes) condicionan estructuralmente la sociedad contemporánea.
3.    La organización política (y por tanto los focos de poder) está evolucionando hacia otro tipo de organización diferente a la anteriormente conocida.
4.    El reforzamiento de los nuevos flujos de capital, que condicionan la redistribución de la riqueza en el mundo,  afecta radicalmente a las condiciones de vida de los propios seres humanos.
En los cuatro anteriores puntos, se estudia gran parte del proceso de Globalización de la sociedad actual (no su totalidad, ya que consideramos que tal tratamiento debe ser parcelado para así afinar el análisis). Por ello, a partir de dicho estudio, podemos considerar que la categoría de trabajo es transversal a dichos puntos. El estudio de dicha transversalidad es el motivo final de este trabajo de investigación.
En primer lugar, por tanto debemos considerar el pensamiento organizativo en la ya mencionada organización científica del trabajo. Para resolver tal problemática estudiaremos detenidamente lo que creemos que es la teorización organizativa a saber el taylorismo el cual marca los posicionamientos principales organizativos de la segunda parte del siglo XIX y del siglo XX. Para su estudio consideraremos las siguientes coordenadas, las cuales resultan ser una aplicación comparativa de las condiciones pasadas y de las actuales:
a.    Considerar el taylorismo como una teorización (no científica) de los modos de producción capitalista que servirán como motor para la “conquista comercial” del globo, y del colonialismo. Comparándolo con la actualidad, la existencia de nuevos esfuerzos de teorización sobre los modos de producción que expliquen el fenómeno de la economía actual globalizada.
b.    Considerar las aplicaciones de las tecnologías de la época al taylorismo, y sus consecuencias en la organización del trabajo. Comparándolo con las aplicaciones actuales de la nueva tecnología (informática, fisio-biológica, telecomunicación…), y sus consecuencias en la actual división del trabajo.
c.    Considerar el taylorismo como la plasmación práctica de una determinada visión del mundo. Comparándolo con la actual visión del mundo supeditada a un claro reduccionismo economicista de carácter global.
d.    La constatación de los movimientos sindicales surgidos como respuesta al taylorismo. Comparándolo con las actividades incipientes de los movimientos sindicales, o con movimientos de los trabajadores en términos generales.
De este modo, y adentrándonos ya en la coordenada “a” consideramos los estudios de Taylor como un importante esfuerzo teórico del estudio del espacio y del tiempo como variables a tener en cuenta en el proceso de producción humana. Es por tanto, característica esencial el especial interés de Taylor y sus futuros discípulos, por el espacio que  necesita el obrero para la adecuada producción de su trabajo. De este modo, Taylor estudia a partir de un modelo de trabajador, la manera de acortar los espacios y los recorridos en los procesos de producción. Es por tanto, un estudio al detalle del taller donde trabaja el individuo, creando de este modo un nuevo roll a la postre muy importante que es el papel de la supervisión o más concretamente el patronazgo del taller, de este modo el estudio del espacio dentro del taller fue siempre una variable muy estudiada, en relación por supuesto con la otra variable a tener en cuenta a saber el tiempo.
La variable tiempo, se intenta acortar y enriquecer para aumentar así de esta manera la productividad, el tiempo es así registrado y estudiado constantemente por los supervisores e intenta sacarse la mayor rentabilidad posible a dicho tiempo. Este tiempo, aunque se estudie la velocidad del trabajador al realizar una tarea, lo que marca realmente el ritmo de producción es la máquina, la cual por su mayor fuerza de producción condiciona radicalmente los medios de producción, relegando así al sujeto a una posición de mero apéndice de la máquina
En la relación estipulada entre el sistema de producción taylorista y el actual capitalismo globalizado, es una relación comparativa que nos sirve para estudiar la aplicación de estas dos variables en una época del capitalismo y otra. Tanto una época como otra se preocupa por la productividad, si bien en el taylorismo se solucionaba de un modo expansivo, en la actualidad se utiliza una rentabilidad de la mano de obra, al punto en el que uno de los mayores incrementos de rentabilidad de una empresa se obtiene a partir del ahorro en los costes de producción, fundamentalmente en lo referente a la mano de obra. Es el paso de la macroeconomía, a la microeconomía, que se establece del paso del keynesianismo-fordismo al neoliberalismo-postfordista.
Es por tanto pertinente considerar que aunque en muchas ocasiones se le quiera dar al pensamiento económico un valor de científico, no cumple la totalidad de las pautas generales de conocimiento científico, ya que para empezar no es cierto que las predicciones de razón económica tengan una inmediata corroboración real. Sin embargo, el propio Taylor y posteriormente los defensores de la cientificidad del pensamiento económico intentan revestir de morfología científica muchos de los planteamientos de orden ideológico que se encuentran en el fondo de sus planteamientos, baste para demostrar tal afirmación el constructo de sujeto que supone el <<homo económicus>>, el cual supone una teorización del sujeto que sucesivas teorizaciones posteriores demostrarán la invalidez del mismo.
En lo que se refiere a la coordenada “b”, tendremos que reflexionar acerca de cómo influye la tecnología en la organización del trabajo. Para ello debemos de reflexionar sobre una característica en común que tienen una y otra época del capitalismo. Esto es, tanto a finales del siglo XIX como a principios del siglo XX se registra una más que evidente evolución del componente tecnológico de los modos de producción; por ejemplo en un sector estratégico como resulta ser el transporte las distancias y la velocidad se acortan, si en el primero hablamos de la máquina de vapor, en el segundo caso no sólo tenemos que referirnos al abaratamiento de costes de trasporte, sino que también a la vertiginosa velocidad que se pueden realizar. Del mismo modo podemos caer en la reflexión sobre los medios de comunicación, donde en el s XIX se operaba mediante el mecanógrafo, en la actualidad los datos se trasmiten en tiempo real, y en una cantidad y calidad sorprendente.
Por ello, las dos épocas les une, sobre todo una semejanza de cambio, a lo que se llamó la revolución industrial, ahora recibe el nombre de revolución informática, y lo que para el siglo XIX fue la máquina de vapor, para la segunda mitad del siglo XX y hasta la actualidad han sido los soportes informáticos.
La reflexión sobre la coordenada “c”, es una reflexión comparativa de la ideología operante en las dos épocas que estamos analizando. En el siglo XIX, y en con la implantación del taylorismo se promueve una determinada visión del trabajador, es la famosa distinción entre el trabajador que piensa y supervisa, y el trabajador que ocupa la posición de buey, y que responde a una extensión más de la máquina a la que sirve, automatizando sus movimientos para así realizarlos más eficientes (tal y como rezan los principios del taylorismo). Sin embargo, en la actualidad a los trabajadores ya no se les puede considerar máquinas, (aunque la estructura neoliberal sigua queriendo reproducir tal esquema), la necesidad conceptual del dominio de las nuevas tecnologías demandan un operario inteligente, ágil y flexible, sustancialmente diferente al existente durante el taylo-fordismo.  Y esto resulta precisamente quizás una de las mayores contradicciones actualmente operantes, ya que para dar a luz ese nuevo tipo de trabajador, se debe inocular un pensamiento crítico de la realidad. Pero este pensamiento crítico de la realidad preocupa dado que puede ser emancipatorio, por ello demanda un control del pensamiento más sutil.
Finalmente la coordenada “d”, se ocupa de la acción sindical, y más concretamente de la comparativa de la actividad sindical del siglo XIX, con la actual. Esta comparación es pertinente ya que tanto en una época como en otra se establecen nuevos modos de producción, consecuentes directos de las respectivas revoluciones tecnológicas, y por tanto está claro que estos nuevos modos de producción alteran radicalmente las nuevas condiciones laborales, y por tanto las mismas condiciones de vida. Resultando ser los espacios de tiempo comparados, dos épocas convulsas de actividad sindical y conformadoras radicales de un modelo de actividad que les servirá para establecer los puntos fundamentales de su actividad y conducta político-sindical.
Así es que durante el siglo XIX, los sindicatos comienzan a conformarse y a organizarse, una conformación que no dejará de ser conflictiva, ya que desde la perspectiva patronal, los proletarios carecían de su derecho de asociación y cualquier acto de libertad sindical para ellos significaba un acto de bandidaje y delincuencia, y por tanto los empleadores buscaban por todos los medios posibles que no se conformarse tal asociacionismo obrero.
Es así que en la actualidad una premisa importante del neoliberalismo resulta ser la disminución de las cuotas políticas de actuación del Estado, en cualquier faceta de la actividad económica, de igual manera sucede en las pretensiones liberales de no-intervención en la regulación de la organización laboral, y en el propio mercado laboral. En la actualidad, la globalización neo-liberal arroja una importante reducción de regulaciones contractuales del Estado con respecto del mundo laboral, característica que coincide significativamente con la estructura político-social de finales del siglo XIX. Como podemos observar, la desregularización de los acuerdos y convenios laborales a nivel nacional e internacional, coincide con la perdida de intervención estatal y sindical en el mercado laboral. Está pérdida de intervención está siendo orquestada por la globalización neoliberal, que mediante la desregularización globalizada del mercado laboral, se está aprovechando de la coyuntura para volver a las posiciones iniciales de la contratación por “libre voluntad”. Del mismo modo, esta situación también obedece a una carencia de correlato sindical para frenar tal desregularización. Esta falta de correlato es en efecto una importante carencia que deja al trabajador a merced de una creciente situación de contratación laboral precaria.
En lo que se refiere a los movimientos sindicales actuales podemos considerar que la falta de modernización, y la todavía insuficiente asociación de trabajadores globalizada, da como resultado una cierta incapacidad de respuesta sindical contra la creciente precariedad laboral. Por otro lado, si es cierto que ya existen ciertos soportes, o plataformas que pretenden organizar y modernizar el movimiento sindical, a saber la CES (Confederación Europea de Sindicatos) fundada en 1973, y la CSI (Conferencia Sindical Internacional) fundada más recientemente concretamente en noviembre del 2006. Además de estas dos grandes plataformas de millones de obreros asociados, debemos de reflejar la existencia de la OIT, organismo miembro de la ONU, que cubre de alguna manera, dentro del organigrama estructural de la ONU los intereses del trabajador. Estas plataformas, son muy recientes, son estructuras muy pesadas, y con una capacidad de respuesta que aun todavía es una incógnita.
En lo que se refiere a la “reinvención” del movimiento sindical, resulta una tarea compleja el resumir aquí, el estudio de los movimientos sindicales realizado en la investigación, y del mismo modo también es complejo resumir los planos de actuación estudiados en dicha investigación. No obstante, debemos reafirmar la creciente necesidad de establecer dicho correlato sindical trasnacional solidario (concepto este por otra parte el de solidaridad que nos retrotrae a las iniciales intenciones de las dos primeras internacionales), que de alguna manera (maneras sobre las que reflexiono en la investigación) dignifique las condiciones laborales globalmente, y establezca a nivel global un estado contractual apropiado para el trabajador que no permita las relaciones abusivas que este colectivo está sufriendo, y que de no acontecer tal correlato seguirá sufriendo.  

En cuanto al resumen del segundo punto de la investigación, a saber el estudio de los sistemas de producción fordistas y el postfordista a través del empleo debemos de considerar la importante amplitud del mismo y su pertinente complejidad, no obstante podemos reseñar ciertos puntos en los que coinciden los analistas estudiados en esta investigación, a la hora de definir fordismo y el postfordismo, veamos sus características fundamentales en los siguientes puntos:
Fordismo:
1.    La producción en masa y estandarizada de productos homogéneos.
2.    El uso de tecnologías muy poco flexibles como por ejemplo la cadena de montaje.
3.    La adopción genérica de rutinas laborales estandarizadas de tipo taylorista.
4.    El incremento de la productividad causado por la adopción generalizada de <<economías de escala, así como de la descualificación, la intensificación y la homogeneización del trabajo>>.
5.    La proliferación de una nueva clase ligada al trabajo industrial en las ciudades también emergentes, a saber el proletariado industrial.
6.    El establecimiento de la representación política de esta nueva clase social, a saber los sindicatos.
7.    Por la actividad de estos actores políticos sindicales en pro de salarios uniformes vinculados al aumento de la productividad y de los beneficios.
8.    El establecimiento de un rico mercado omnipresente para los productos estandarizados por la producción en masivo y en cadena de las nuevas industrias. Y por lo tanto la estandarización del modelo de consumo, el cual se universalizara.
9.    El aumento salarial, por causa de nuevo de los movimientos sindicales, que conduce a un incremento de la demanda dentro del mercado establecido por los productos industriales.
10. Este mercado de mercancías industriales, se rige por políticas de orden macroeconómico establecido por los economistas seguidores del keynesianismo.
11. El establecimiento de un actor intermedio entre las empresas y las organizaciones sindicales, a saber el estado el cual supervisa las negociaciones entre patronal y sindicatos.
12. La llevada a cabo del proyecto ilustrado de la educación del pueblo, no por una causa altruista sino para dotar de un capital humano cualificado al incipiente y necesitado sector industrial.
Postfordismo:
  1. La bajada de interés por los productos estandarizados, aumento en cambio por la subida por productos más especializados, poseedores de una alta calidad y diseño. Con una fuerte inversión en su producción.
  2.  Productos más especializados que necesitan de procesos de producción más rápidos y cortos, y por lo tanto necesitan sistemas de producción más pequeños y altamente productivos.
  3. El surgimiento de nuevas tecnologías que hacen más rentable y flexible la producción, que antes era rígida e inflexible.
  4. Estas nuevas tecnologías necesitan una tipología diferente de trabajador, más independiente, más responsable y con una formación mayor.
  5. El sistema productivo precisa de un sistema de control más flexible.
  6. Las enormes estructuras burocráticas se flexibilizan, se hacen menos pesadas para operar con mayor flexibilidad.
  7. Las estructuras de representación masiva tan eficaces en la época fordista como los partidos políticos y los sindicatos, ya no representan adecuadamente a sus componentes con intereses muy diversos.
  8. La negociación a muchas bandas, (es decir des-centralizada) sustituye a la centralizada.
  9. La clase trabajadora empieza a distinguirse como individuo y exige mercancías, modos de vida y producciones culturales más diferenciados.
  10. El modelo de estado de bienestar muestra carencias a la hora de garantizar las necesidades más elementales de salud, asistencia social y educación, de una población altamente diversificada y que requiere al igual que en los otros sectores instituciones más flexibles.

Es por tanto, y a modo de conclusión, y teniendo en cuenta la investigación hasta ahora realizada, que está suficientemente claro que la globalización, no es un acontecimiento generado de la nada, ni de unas condiciones especiales totalmente desconocidas. Es más se puede afirmar sólidamente, que la globalización desde un estudio de la organización científica del trabajo mantiene claramente características tipológicas del capitalismo más tradicional (de ahí nuestro interés por estudiar el taylorismo y la organización del trabajo del siglo XIX), es más no son pocas, ni despreciables las relaciones que se establecen entre ese tiempo y el actual.
Es por eso que podemos decir sobre todo a partir de la comparativa entre las diferentes características anteriormente ofrecidas que aquellos que crean que la nueva etapa del capitalismo, a saber el capitalismo financiero neoliberal, tiene la capacidad de resolver dos de los actuales problemas de base del Estado de Bienestar (y por tanto de la civilización occidental) a saber el desempleo, y la precariedad laboral, en función o gracias a los nuevos adelantos tecnológicos, y a la organización científica del trabajo resultante de su aplicación a la economía globalizada, se equivoca radicalmente.

Para finalizar y a modo de conclusión se debe hacer una reflexión de carácter más filosófico a esta problemática. Como es bien sabido, la palabra trabajo viene de tripalium, que como es bien sabido resultaba ser un aparato de tortura, en los textos bíblicos se considera el trabajo como un castigo, también tanto en la antigua Grecia como en el Imperio Romano el trabajo se asocia al esclavo y no es precisamente una labor que dignifique al ciudadano, así a lo largo de toda la edad media y la edad moderna el trabajo es propio del siervo, es por tanto a partir de la edad contemporánea y más concretamente a partir de los años 50 cuando se considera al trabajo como un derecho.
En la sociedad actual no se discute tal derecho, más bien no se lleva a cabo. Los diferentes Estados del bienestar operantes hace tiempo que ya no consideran el pleno empleo como un pilar importante de su fundamentación.
Es más en los últimos tiempos hemos visto emerger una nueva clase de proletariado, lo que para algunos analistas resulta ser una no-clase, esto es que aun a pesar de la creciente proletarización, debido entre otros motivos a la concentración del capital, este incremento del proletariado no produce una concienciación de los mismos como protagonista de la producción y tampoco como clase social. De hecho podemos considerar que precisamente esta búsqueda de concienciación obedece a unos posicionamientos de orden marxista, dado que para Marx la superación dialéctica de la sociedad burguesa reside en la toma de protagonismo del proletariado, razonamiento que presenta una clara influencia de la dialéctica hegeliana y que podemos sostener que dicha toma de conciencia no tiene porqué darse y que de hecho no acontece en la actualidad. El trabajador es un medio de obtención de riqueza intercambiable, esa fue la verdadera herencia del taylorismo, la atomización y el control de la identificación del trabajador con su trabajo está a la base de la concienciación social.  Es así que se entiende la baja afiliación sindical, y la baja participación política actual, además de una imperante situación de incertidumbre y marginalización social.
Por otro lado, el proletariado de la sociedad actual se dirige hacia una clara disgregación desigual, es decir por un lado existirán trabajadores cuyos derechos y salarios este bien pertrechados y por otro lado existirá una masa creciente de parados, desocupados y eventuales en una situación precaria realizando las tareas menos cualificadas y más ingratas. De este modo, los movimientos sindicales tienen aquí otra nueva problemática, ya que se enfrentan a la necesidad de representar tanto a la “aristocracia” de los trabajadores, como al lumpen-proletariado.
Para terminar, debemos de considerar también que la aplicación de los diferentes adelantos tecnológicos no solamente aumentan la productividad, sino que relevan del protagonismo productivo al trabajador, de este modo se rompe  la estructura de trabajo homogénea anteriormente establecida, acercando más la ocupación laboral a un medio de control social y de poder.
 Finalmente y considerando lo hasta ahora dicho, los adelantos tecnológicos y la creciente heteronomía del trabajo consecuencia de la socialización y del incremento de la productividad, es también lo que puede dar lugar a la liberación propia del tiempo, por tanto a la no-necesidad del trabajo asalariado y por consiguiente al incremento de las actividades autónomas. Precisamente el hecho de que se pueda creer en esta sociedad del tiempo libre y del ocio, resulta ser una peligrosa ilusión, que rápidamente se intenta oscurecer con el control de la organización controlada del trabajo. De hecho, teniendo en cuenta esto último, la alternativa no estaría en abolir el trabajo, ni en hacer renacer oficios completos donde cada uno pueda realizarse. La alternativa está entre la abolición liberadora y socialmente controlada o la abolición opresiva, represiva y totalmente antisocial. 

Hasta aquí la ponencia, de la defensa de la tesina.
Domingo, 26 de septiembre de 2010.
Extracto de Gorz. A (1980): Adiós al proletariado. Más allá del socialismo. París; Ediciones 2001, (1982) Tr: Miguel Gil.
La idea de que el trabajo social con fines económicos debe servir a la ampliación de la esfera de la autonomía individual –es decir, a la extensión de las actividades de tiempo libre- era ya una idea central para Marx. Su realización es lo mismo que la realización del comunismo como extinción de la economía política.
Desde que el trabajo en su forma inmediata ha dejado de ser fuente de riqueza, el tiempo de trabajo deja y tiene que dejar de ser la medida de éste y por tanto el valor de cambio de ser la medida del valor de uso. Por esto, la producción basada en el valor de cambio se hunde y el proceso inmediato de la producción material es despojado de forma gastada y antagónica. El libre desarrollo de las individualidades, y por tanto (…) la reducción al mínimo del tiempo de trabajo socialmente necesario /deviene el objetivo/ a continuación de la formación artística, científica, etc., de los individuos gracias al tiempo que ha sido liberado y a los medios que han sido creados para todos ellos”. Grundrisse p 593.
El paneconismo, la subordinación a la economía de todas las demás actividades es, por el contrario, propio del desarrollo capitalista. Solamente con el capitalismo el trabajo en tanto que producción heterónoma de valores de cambio deviene una actividad a tiempo completo y la autoproducción (comunitaria o familiar) de objetos y servicios destinados a los que producen, deviene una actividad subordinada. La inversión de esta relación de subordinación marcará el fin de la economía política y el acceso de un “socialismo postindustrial”, es decir, del comunismo.
[…] Todas las actividades relativas a la reproducción de la vida, carecen de racionalidad económica, al igual que la mayor parte de las actividades estéticas y educativas. Criar los hijos propios (o ajenos), el mantenimiento y la decoración de la casa
Gorz, Andre (1982), pag 88.

miércoles, 19 de enero de 2011

WALKING DEAD, REMINISCENCIAS GRIEGAS.

Creo que ya lo he dicho alguna vez, la formación clásica es muy importante (en todo y para todo), por mucho que este mundo dominado por el utilitarismo más abyecto nos diga lo contrario (y el que no se lo crea peor para él, tejera y destejerá una y otra vez la tela de la realidad retenido en la arcadia del presente). La literatura universal, ese saco de conocimiento milenario cuyos pilares maestros son en realidad un puñado de autores está sepultada por el best-seller barato (normalmente caro). No obstante, siempre sale a la luz ciertas reminiscencias que nos hacen recordar la valía de estas obras milenarias.
Walkig dead – La Ilíada
“Siempre que vean una película de guerra, o de conflicto bélico piensen en la Ilíada”.
Esa fue la sentencia que escuchamos los alumnos de 1º carrera a los cuatro días de comenzar, por boca de S.G. Escudero (profesor de H.F. Antigua). Algunos lo veíamos traído por los pelos, incongruente, ¿que tenía que ver una obra del siglo VIII a.c con una película sacada de la industria de Hollywood?
 Pues bien Walking dead, tiene una deuda más que considerable con la Ilíada, desconozco la formación de los guionistas, del director, o del productor, pero salta a la vista que alguien se ha leído este libro. Walking dead el martes fue líder de audiencias, en EEUU la emisión de la primera temporada ha sido un éxito total y no necesito saber si en el resto del mundo esta serie tendrá un impacto importante ya que con observar la entrada que tiene en Wikipedia uno se hace la idea de su éxito  ¿Cómo es posible este éxito?
Lo primero aclarar que esta serie televisiva viene respaldada por la edición en comic de la misma (la apuesta es sobre seguro claro), desconozco el comic. Sin embargo, se puede trasladar sin problema la estructura epopéyica de la Ilíada tanto al comic como a la serie televisiva.
Veamos pues cual fue el punto en el que es inevitable pensar en la relación anteriormente especificada. Existen en realidad varias partes de la secuencia en la que se pueden establecer ciertas relaciones, no obstante es en la escena de la hoguera en el campamento a las afueras de Atlanta cuando el visionado de la serie no se soporta sin la comparación con la obra de Homero.
En esa escena Dale interpretada por un viejo, coge la palabra y comienza a argumentar diferentes razones a favor de la unidad del grupo y por supuesto a cimentar la unión de la propia comunidad. Esa es la función realizada por Néstor rey de Tebas a lo largo de toda la Guerra de Troya, existen más razones veamos algunas comparativas lo suficientemente numerosas como para considerar que son fruto del azar: Atlanta=Troya, la enfermedad del zombi puede entenderse como la ira de Apolo, el ataque de los zombis al campamento coincide con el avance de las tropas troyanas hasta las embarcaciones de los Aqueos…y así otras comparaciones más discutibles pero que de igual forma fundamentan la validez del método comparativo Walking dead – Ilíada.
Esta comparativa nos viene a demostrar lo de siempre. No importan los siglos que tenga encima un clásico, las reminiscencias de su fuerza cognoscitiva fluirán por alguna rendija del presente en la expresión artística, bien sea del cine, de la pintura o de la propia literatura. Pero también nos invita a pensar la dulce condena que nos reserva la obra de arte. Esto es la de sorprendernos continuamente, por mucho que sepamos o conozcamos siempre nos sorprenderá, solo hace falta mirar inteligentemente para que la interpretación emane tanto desde el pasado, como desde el presente.