miércoles, 20 de octubre de 2010

Maquiavelo presenta: Zapatero vs Cesar Borgía.

Concluyo, volviendo a la cuestión de si al príncipe más le vale ser amado que temido, que como los hombres aman por libertad o por capricho, y por el contrario, temen según el gusto del que los gobierna, un príncipe prudente no debe contar sino con lo que está a su disposición; pero sobre todo cuide, según ya tengo advertido, de hacerse temer, sin llegar a ser aborrecible.   
                              
                                   Maquiavelo, Nicolás. El príncipe. Ed.: EDAF, 1971. (1513)

Maquiavelo 1513, consejero de la casa de los Medicis, un estado aquel adelantado a su tiempo, y con muchas estructuras de gobierno prácticamente modernas. Por lo tanto es un clásico imperecedero, inmortal.

Hace tiempo que las políticas de las grandes decisiones carecen de sensibilidad ideológica (y si la tienen resultan ser liberales, favorables a una clase alta que pretenden perpetuar su poder rebajando derechos y condiciones sociales al resto de las gentes), siendo esto así la política se vuelve una lucha por el poder (Foucault, Deleuze), es por tanto pertinente releer a Maquiavelo maestro insigne en el estudio de la naturaleza y los próceres del poder.

Una vez dicho esto, y con El príncipe en la mano se logra vislumbrar ciertas tácticas de sustentación. Primero se elimina a los segundos de abordo más desprestigiados, (dando así por resultado una revalorización de la figura del líder-príncipe como foco de poder), segundo se nombra nuevos socios de gobierno (o se promociona a los ya existentes), para así refrescar los tejidos del viejo disfraz, (dando así relevancia comunicativa a los nuevos rostros en el poder). Las lecturas son múltiples, a continuación se esbozaran solamente las más destacadas:
1-    El cambio de gobierno da como resultado una revaloración del poder del líder-príncipe, que gracias a un golpe de mandoble decapita a los anteriores mandatarios. De este enmudece las críticas internas dentro del propio gobierno de dos maneras. Una primera por medio del temor, y otra por medio del carisma de los nuevos miembros. Acto que se veía venir dado que los casos de Tomas Gómez (aclamado por las bases en detrimento de Trinidad Jiménez valida del príncipe y ahora promocionada a ministra), y las críticas de José María Barreda (nótese que rápidamente ha apoyado tal reforma) abrían una grieta en los cimientos del gobierno.
2-    La visión coyuntural del cambio de gobierno arrojan varias conclusiones. Primero la destitución del maltrecho Corbacho (estaba claro), y la promoción en su puesto de un miembro de la UGT como es Valeriano Gómez, el cual hace unos pocos días ocupaba plaza en la huelga general dentro de la pancarta de dicho sindicato en contra de la reforma. Con este nombramiento se pretende revalorizar el peso de la UGT dentro del organigrama del gobierno, para así calmar el ala “izquierda” de sus bases.
Segundo este nombramiento se enmarca en una coyuntura de activación del movimiento social en España (tímida e insuficiente), y sobre todo de la terrible visión (que puede ser un futuro no muy lejano) de las acciones de huelga del país vecino, de este modo el príncipe se apura a poner bajo su tutela al futuro enemigo y así ahorrarse futuros males mayores (un rapto de sabina sindical).
3-    El nombramiento de dos genios (sin duda es una habilidad que poseen) de la comunicación como son Rubalcaba y Jáuregui, los cuales a partir de sus habilidades como tales, intentaran capear el temporal de esta última mitad de mandato que sin duda será ruda. Se aprecia una gran limpieza en su historial político (higiene necesaria para desempeñar sus puestos), si exceptuamos el caso Faisán claro.
4-    Por último, la promoción de Rosa Aguilar a la cartera de medio-ambiente, la cual ahora consideró bien pertrechada ya que Rosa Aguilar lleva demostrando varios años que es una política de primer nivel. Lamentar únicamente su cambio de chaqueta, por meros ideales de crecimiento en cuotas de mandato, “evolucionando” de una IU empequeñecida a un PSOE siervo de los designios del FMI, y del Banco central Europeo.
Después de estos cuatro puntos (que pueden ser más), la lectura final es la siguiente. No cabe vislumbrar ningún cambio de rumbo en el gobierno (no hay viraje a la izquierda posible mientras se mantengan estas políticas liberales designadas por Centroeuropa), y por lo tanto es un lavado de imagen ciertamente provechoso para la higiene del gobierno, pero infructuosa para la situación política actual. Es por tanto gratificante pensar que Maquiavelo estaría orgulloso de nuestro príncipe, y le felicitaría como discípulo aventajado. Por otro lado es difícil sin embargo que supere a Cesar Borgia, el tiempo nos lo dirá.   

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